Decir SÍ para encontrar lo que realmente querés
La diferencia entre quedarte paralizado o encontrar lo que te apasiona está en tu capacidad de acción.
Hoy quiero charlar con vos sobre esos momentos en los que todo se siente nebuloso. No sabés si seguir por donde venías, si cambiar, si hacer una pausa. Y lo más frustrante de todo: no sabés qué querés exactamente.
Te suena, ¿no?
Nos pasa a todos. En la empresa, en el equipo, en la vida. Esa sensación de “no tengo claridad, así que no puedo avanzar”. Y ahí es donde muchas veces nos quedamos atrapados. En pausa. Esperando la certeza como si fuera una condición obligatoria para movernos.
Muchas veces, lo que necesitás no es más análisis, ni más cursos, ni otra lista de pros y contras. Lo que necesitás es decir que sí.
Probar.
Experimentar.
Meterte en algo y ver cómo se siente. Dejar de buscar la respuesta perfecta y empezar a vivir las preguntas.
Decir “sí” a una propuesta que te despierta algo, aunque no sepas bien qué. A un proyecto que no tenías planeado. A una conversación que te incomoda, pero te intriga. A algo que parece “chiquito”, pero que podría abrirte un mundo.
Porque solo haciendo descubrís lo que realmente te gusta. Solo viviendo te das cuenta de qué querés más, y de qué no querés ni cerca.
Y no, no se trata de decir que sí a todo por miedo a perderte algo. Se trata de dejar de paralizarte esperando que el camino se dibuje solo.
A veces, la única forma de descubrir lo que realmente querés... es animarte a lo que todavía no sabés si querés.
Así que si hoy estás en una etapa medio gris, si te cuesta encontrar dirección, mi invitación es simple: empezá a decir que sí. Aunque sea a una sola cosa. Aunque sea un “sí” chiquito.
Ese movimiento puede ser el principio de tu próxima gran claridad.
Un abrazo,
Mavi